El paralitico.

CAPITULO XV.

LOS MILAGROS DEL EVANJELIO

El paralitico.


14.—Y entrando en un barco, pasó á la otra ribera , y
fué á a ciudad. —Y hó aquí le presentaron un paralítico
postrado en un lecho. Y viendo Jesús la fié de ellos , dijo
al paralítico: Hijo, ten confianza, que perdonados te son
tus pecados. —Y luego algunos de los escribas dijeron den
tro de sí: Este blasfema.—Y como viese Jesús los pen
samientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensais mal en vues
tros corazones?—¿Qué cosa es más fácil, decir : Perdona
dos te son tus pecados: ó decir: Levántate y anda?—Pues
para que sepais, que el hijo del hombr e tiene potestad so
bre la tierra de perdonar pecados, dijo entonces al paralí
tico: Levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa. —Y le
vantóse, y fuese á su casa.— Y cuando esto vieron las
gentes, temieron, y loaron á Dios, que dió tal potestad á
los hombres. (San Mateo, C. IX, v. del 1 al 8.)
15.—¿Qué podían significar est;is palabras: «perdo
nados te son tus pecados» y en qué podían influir pa
ra la curacion? El Espiritismo ha dado la clave deesto
así como de tantas otras palabras hasta ahora no
comprendidas. Nos dice por la ley de la pluralidad de
las existencias, que los males y las aflicciones de la
vida son con frecuencia expiaciones de lo pasado , y
qué sufrimos en la vida presente las consecuencias de
las faltas que hemos cometido en una existencia ante
rior; que las diferentes existencias son solidarias unas
de otras y que de unas en otras se van purgando las
imperfecciones de que adolecemos.
Si pues, la enfermedad de este hombre era un cas
tigo por el mal que hubiera podido hacer , decirle:
«perdonados te son tus pecados, » era como si le digese:
«has pagado ya tu deuda; la causa de tu enfer
medad se ha desvanecido por tu fé presente y en con
secuencia mereces verte libre de tu enfermedad.» Por
eso dice á los escribas: «Qué cosa es más fácil decir:
Perdonados te son tus pecados, ó decir: Levántate y
anda?» Quitando la causa cesan los efectos. El caso
viene á reducirse al de un penado á quien se digere:
«Vuestro crimen está expiado y perdonado,» lo cuál
para él equivaldría á decirle «permitido os es salir de
la prision.»

Extraído del libro “EL GÉNESIS  LOS MILAGROS Y LAS 

PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”


Allan Kardec



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