3. —El cielo aparecía bajo una forma cóncava era según la
creencia vulgar, una bóveda real cuyos bordes inferiores descansaban sobre la
tierra y marcaban sus confines; basta con cavidad , toda ocupada por el aire.
Sin noción alguna de lo infinito del espacio , y aun incapaces de concebirlo,
los hombres se figuraban esta bóveda formada por una materia sólida ; de aquí tuvo
origen el nombre de firmamento , derivado de firmus y del griego herma,
hérmatos, firme, sosten, soporte, punto de apoyo.
4. —Las estrellas cuya naturaleza no podían sospechar, eran
simplemente puntos luminosos, mas ó menos grandes, fijos en la bóveda como
lámparas colgadas, colocadas en una misma superficie, y por consecuencia todas
á la misma distancia de la tierra, del modo que se las representa en lo
interior de ciertas cúpulas pintadas de azul para figurar los cielos.
Por mas que ahora se tengan ideas muy distintas, el uso de
las antiguas dicciones se ha conservado, y se dice por comparacion la bóveda
estrellada bajo la cúpula del cielo.
5. —La formación de las nubes por la evaporación de las
aguas de la tierra era asimismo desconocida. A nadie podía ocurrirse que la
lluvia que cae del cielo, tuviera su origen en la tierra de donde no se veía
subir el agua. De ahí la creencia en las aguas superiores y aguas inferiores,
de las fuentes celestes y fuentes terrestres, de los depósitos situados en las
altas regiones: suposicion que concordaba perfectamente con la idea de una
bóveda silida capaz de sostenerlas. Las aguas superiores fluyendo por las
hendiduras de la bóveda, caian en lluvia sobre la tierra, y segun que estas
hendiduras eran mas ó menos anchas las lluvias eran mansas ó torrentuosas y aun
diluvianas.
6. —La ignorancia completa del conjunto del universo y de
las leyes que lo rigen, de la naturaleza, de la constitucion y del destino de
los astros, que aparecían tan pequeños comparados con la tierra, debió necesariamente
hacer considerar á esta como lo principal y el único objeto de la creacion, y á
los astros, como accesorios, creados únicamente en vista de los habitantes de
la tierra. Esta preocupacion se ha conservado hasta nuestros días á pesar de
los descubrimientos de la ciencia, que han cambiado para el hombre el aspecto
del mundo. ¿Cuántas gentes creen, aunque las estrellas son un puro adorno del
cielo parare crear la vista de los habitantes de la tierra?
Extraído del libro “EL GÉNESIS
LOS
MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec
Allan Kardec
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