“Exhorta así mismo a los jóvenes a que sean prudentes”
Anteriormente, delineamos el clima de inseguridades en
que vivimos, reafirmando así, a la Tierra, en su humilde condición de orbe
expiatorio y regenerativo. De mundo atrasado, en donde las almas equivocadas
rescatan viejos compromisos, aumentados, generalmente, por pesados punitorios.
El desajuste universal; el clima saturado de vibraciones inferiores, la
tendencia al negativismo, todo esto se entremezcla allí, ineludible y
establecido, convocando a los hombres de buena voluntad para las alegrías de la
tarea noble, del servicio edificante.
Hagamos pues, de Jesús, el depositario
infalible de nuestras esperanzas, el Guía Real de la Humanidad, el Orientador
por Excelencia.
Pablo de Tarso, escribiendo a Tito, lo orienta en el
sentido de la preparación de los jóvenes para las tareas del Evangelio,
estimulándolos a una conducta sensata “en todas las cosas.”
Para las criaturas
experimentadas en las infatigables tareas de una existencia digna, y de modo
particular, para los jóvenes, es oportuna la exhortación del Apóstol. Los que
renacen ahora, enfrentando nuevas luchas y tareas, enfrentándose con un mundo
realmente adverso, están siendo convocados para los divinos emprendimientos de
la evolución, que exigen de hecho, buen sentido y firmeza.
El campo del trabajo se abre en nuevas y sublimes
actividades, propulsoras naturales del progreso y del perfeccionamiento moral
de los pueblos, incitando a los idealistas a tareas santificantes. En la lucha
en pro de la evolución, se impone la consagración de los valores espirituales
de la juventud, a la luz de las enseñanzas del Cristianismo Redivivo.
Se hace
menester, desde oriente a occidente, conjugar todas las energías morales, con
el fin de que sea mantenido el edificio evangélico, levantado en el suelo de la
Palestina a costa de sudor, sangre y lágrimas.
Es indispensable la preservación
de las magníficas conquistas que una parcela de la Humanidad guarda en el
sagrado escriño de sus más fecundos logros.
El momento, pues, es de lucha por
el mejoramiento.
La hora es de trabajo. La evolución es un indeclinable
imperativo. “La siembra es grande, pero los trabajadores son pocos”, asevera el
Maestro.
La juventud tiene que reservar en su corazón, un lugar
para el mensaje de Cristo. Se tiene que nutrir de ese mensaje, vivir de ese
mensaje, perfeccionarse en función de ese mensaje sublime y eterno.
Solamente
el Evangelio del Señor tiene el poder de renovar al hombre que se desvió, a la
sociedad que se extravió, al mundo que perdió el equilibrio.
Él es fundamento
del orden y del progreso.
El Evangelio es Amor, en su más elevada expresión. Amor
que unifica y construye para la Eternidad. Amor que asegura la perpetuidad de
todos los fenómenos evolutivos. Y el Cristo recomendó dulcemente: “Amaos unos a
otros, como yo os amé.” Seríamos reconocidos como discípulos suyos por el amor
que ofreciésemos a los compañeros del camino.
Solamente el Evangelio aproximará a los hombres, porque
él es caridad. Y la caridad es mansa y pacífica. No humilla. Es paciente. No
pelea, porque perdona setenta veces siete. El Cristo, Maestro y Señor, nos
avisó que a cada uno le será dado en razón directa de las obras practicadas.
Allán Kardec, el insigne misionero, recordó la advertencia del Maestro de los
maestros, con la leyenda sublime: “Fuera de la Caridad no hay salvación.”
Solamente el Evangelio, sentido y practicado, evitará las
luchas, la matanza entre hermanos, porque del árbol del Evangelio, brotan con
abundancia los sentimientos de Amor y los frutos del perdón incondicional.
La
Buena Nueva es el fundamento de la evolución y el campo de trabajo ideal para
los jóvenes. Evolución con la juventud, y juventud para la evolución. Quien ama
con el Evangelio, perdona siempre. Quien perdona con el Evangelio, olvida
ofensas. Quien olvida ofensas, bajo la inspiración del Evangelio, confraterniza
con todos. Quien confraterniza con todos, bajo la sombra acogedora del
Evangelio, allana dificultades, removiendo obstáculos. Quien allana
dificultades consolida, para la Eternidad, en el Tiempo y en el Espacio, los
fundamentos de la Evolución con Jesús.
Martins Peralva
Extraído del libro
“Estudiando el evangelio a la luz del espiritismo”
Tito 2:6-8
P-28122021
REVISADO; 2021
Tito 2:6-8
ResponderEliminar6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,
8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se averg:uence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.