Fe Espiritual y Humana
Cuando nuestro espíritu está en el espacio, al hallarse libre de todas las limitaciones humanas y físicas, percibe por sensación la verdad con mayúscula, la verdad espiritual; toma contacto puro, sin interferencias, con todas las vibraciones espirituales, de tal manera que eso se traduce en su fe espiritual, fe de que todo lo que siente y sabe es verdad absoluta.
Esa
fe va evolucionando junto con nosotros, es decir que a medida que
logramos mayor punto evolutivo mayor es la fe porque es mayor la
sensibilidad y la sabiduría, es mayor el contacto con lo divino.
Esa
fe espiritual se manifiesta en lo humano en una fe limitada por los
aspectos físicos.
Es algo interior que no se puede explicar,
que por lo general se asocia a lo religioso, sin embargo a poco de
analizarlo vemos que la fe es innata en nosotros, que está presente
en todos los actos de nuestra vida.
Cuando
iniciamos un estudio tenemos fe que nos será útil en nuestra vida
laboral, cuando iniciamos un negocio tenemos fe en que nos ira bien
económicamente, cuando nos casamos ponemos la fe en nuestra pareja y
en el futuro.
Como
vemos todo acto humano tiene su cuota de fe, aunque a veces no la
percibamos.
Muchas veces sucede que algunos acontecimientos de
nuestra vida humana nos dan la sensación de que todo se derrumba,
que se desvanece aquello para lo cual hemos trabajado sin descanso,
sin embargo, es ahí cuando renace nuestra fe y nos da la fuerza
necesaria para no desmoralizarnos e insistir en el esfuerzo. En esa
forma la fe hace que nuestros inconvenientes y fracasos se conviertan
en valiosa experiencia para salvar los obstáculos y obtener el
éxito.
La fe
es, entonces, una fuerza poderosa de nuestra alma y aun cuando
digamos "no tenemos fe en nada", que "no creemos en
nada", eso no es exacto pues en definitiva aunque sea tenemos fe
en nosotros mismos.
Si no
existiera la fe humana, reflejo de nuestra fe espiritual, no
tendríamos los adelantos técnicos y tecnológicos con que contamos,
pues nuestros hombres de ciencia, nuestros inventores, no pondrían
esa fe para obtener los resultados de sus investigaciones en las que
ponen sus esperanzas.
Es su
fe la que los impulsa a continuar esforzándose.
Cortecia de: http://www.amanecerespiritual.com/capitulo7.htm
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