Naturaleza y propiedades de los fluidos. (20-24)


Los fluidos. CAPITULO XIV.

Naturaleza y propiedades de los fluidos.



20.—El pensamiento, propuce pues una especie de
efecto físico, que reacciona sobre lo moral; cosa que
sólo el Espiritismo puede hacer comprender. El hom
bre lo siente instintivamente, puesto que busca las reu
niones homogéneas y [simpáticas donde sabe que pue
de adquirir nuevas fuerzas morales; podría decirse que
recobra allí las pérdidas fluídicas que experimenta ca
da dia por la irradiacion del pensamiento, del mismo
modo que por la alimentacion recupera las pérdidas
del cuerpo material; y es que el pensamiento constitu
ye una verdadera emision que ocasiona una pérdida
real de fluidos espirituales y por consecuencia de flui
dos materiales; de modo que el hombre tiene necesi
dad de confortarse con los efluvios que recibe del ex
terior.
Cuando se dice que un médico cura á sus enfermos
con buenas palabras, se expresa una verdad absoluta,
- porque el pensamiento benévolo lleva consigo ' fluidos
reparadores que obran sobre lo físico tanto como sobre
lo moral.

21 .—Es posible, se dirá, huir de los hombres que se
supone ó se sabe que son mal intencionados; pero ¿có
mo sustraerse á la influencia de los malos Espíritus
que pululan en torno nuestro y se introducen en todas
partes sin ser vistos?
El medio es muy sencillo; porque depende de la vo
luntad del hombre mismo que lleva en sí el preserva
tivo necesario. Los fluidos se unen en razon de la se
mejanza de su naturaleza; los desemejantes ó contra
rios se repelen; hay incompatibilidad entre los buenos
y los malos fluidos, como entre el aceite y el agua.
¿Qué se hace cuando el aire está viciado? Se le sanea
y purifica destruyendo el foco de los miasmas, expul
sando los efluvios insalubres, abriendo el paso á cor
rientes de aire puro más fuertes. A la invasion de ma
los fluidos hay que oponer buenos fluidos, y como cada
uno tiene en su mismo perispíritu una fuente fluídica
permanente, se lleva el remedio en sí mismo. Basta
purificar esa fuente y darle cualidades tales que sean
para las malas influencias un repulsivo en vez de ser
un atractivo. El perispíritu es, pues, una coraza á que
conviene dar el mejor temple posible, y como las cua
lidades del perispíritu están en relacion con las cuali
dades del alma, conviene trabajar en* su propio mejo
ramiento, porque son las imperfecciones del alma las
que atraen á los malos Espíritus.
Las moscas acuden donde hay focos de corrupcion
que las atraen; háganse desaparecer esos focos, y las
moscas desaparecerán. Del mismo modo los Espíritus
malos van allí donde el mal los atrae; si el mal desa
parece, ellos se alejan. Los Espíritus realmente buenos,
encarnados ó no, nada tienen que temer de la influen
cia de los malos Espíritus.
Explicacion de algunos hechos tenidos por
sobrenaturales.

22.—El perispíritu es el lazo que une la vida cor
poral con la espiritual; á él debe el Espíritu encarna
do el estar en relacion continua con los Espíritus de
sencarnados, y por él se verifican en el hombre ciertos
fenómenos especiales que no tienen su causa primor
dial en la materia tangible, y que por esta razon son
tenidos por sobrenaturales.
En las propiedades y en la irradiacion del fluido
perispirital, es donde hay que buscar la causa de la
doble vista ó vista espiritual que tambien puede
llamarse vista psíquica, de la cual muchas per
sonas están dotadas, á veces sin saberlo; así como
de la vista sonambúlica.

El perispíritu es el órgano sensitivo del Espíritu;
puesto que es por su mediacion que el Espíritu encar
nado tiene la percepcion de las cosas espirituales, que
se sustraen á los sentidos corporales. Por los órganos
corporales, la vista, el oido y las diversas sensaciones
están localizadas y limitadas ála percepcion de las co
sas materiales; por el sentido espiritual se generalizan,
es decir, que no están localizadas en esta ó la otra
parte. El espíritu vé, oye y siente por todo su sér
aquello que está en la esfera de irradiacion de su flui
do perispirital.
Estos fenómenos son en el hombre la manifestacion
de la vida espiritual; es el alma que obra fuera del or
ganismo. En la doble vista ó percepcion por el sentido
espiritual, no ve por los ojos del cuerpo, aunque á ve
ces por costumbre los dirija hácia el punto donde es
llamada su atencion; ve por los ojos del alma y la
prueba de ello está en que lo vé todo del mismo modo
con los ojos cerrados y á una distancia á que no po
dría alcanzar su vista corpórea.
Aunque durante la vida esté el Espíritu ligado al
cuerpo por el perispíritu, no es de tal manera esclavo
que no pueda alargar su cadena y trasportarse á lo
lejos, sea sobre la tierra , sea á cualquier punto del
espacio. El Espíritu no está unido al cuerpo sin cier
to pesar, porque su vida normal es la libertad, y la
vida corporal es la del esclavo, adscripto al terruño.
El Espíritu se alegra de abandonar su cuerpo, como
el pájaro de escapar de la jaula; acecha todas las oca
siones de emanciparse, y aprovecha hasta los instan
tes en que su presencia no es necesaria para la vida
de relacion. Es el fenómeno designado bajo el nombre
de emancipacion del alma; tiene siempre lugar du
rante el sueño: en aquellos casos en que el cuerpo des
cansa y los sentidos están en inactividad , el Espíritu
se desprende. (Libro de los Espíritus cap. VIII.)
En estos momentos, el Espíritu vive la vida espiri
tual, mientras que el cuerpo sólo vive la vida vegeta
tiva; se encuentra en cierta manera en el estado en
que se hallará despues de la muerte; recorre el espa
cio, conversa con sus amigos, y otros Espíritus libres
ó encarnados como él.
El lazo fluídico que le retiene no se rompe definiti
vamente sino con la muerte; la separacion completa
no se verifica hasta que se extingue completamente la
accion del principio vital. El Espíritu, mientras el
cuerpo vive, vuelve instantáneamente en cuanto es
requerida su presencia, sea cualquiera la distancia á
que se encuentre, y entonces continúa su curso la vi
da de relacion. A veces, conserva despues de desper
tar un recuerdo de sus peregrinaciones , una imágen
más ó ménos precisa que constituye el ensueño, y en
todo caso reporta de ellas intuiciones que le sugieren
ideas y pensamientos nuevos que justifican el prover
bio: «consultarlo con la almohada,» «la noche trae
buen consejo».
Tambien se explican así ciertos fenómenos caracte
rísticos del sonambulismo natural y magnético, de la
catalepsia, de la letargía, del éxtasis, etc., que no son
mas que manifestaciones de la vida espiritual. (1)

(1) Ejemplos de letargía y catalepsia: Revue Spirite Mme. Schw*-
benhans, Setiembre de 1858. (Vease la Revista Espiritista de Barce
lona Setiembre 1870, la traduccion de ese hecho tomado.'de la Revue)
y la joven cataleptica de Suabia, en el número de Enero de 1866.

24.—Puesto que la vision espiritual no se verifica
por medio de los ojos del cuerpo, es evidente que la
percepcion de las cosas no depende de la luz ordinaria.
En efecto, la luz material está hecha para el mundo
material; pues para el mundo espiritual hay una luz
especial cuya naturaleza nos es desconocida, pero que
es sin duda una de las propiedades del fluido etéreo
destinada á las percepciones visuales del alma. Hay,
pues, luz material y luz espiritual. La primera tiene
focos circunscritos en los cuerpos luminosos; la segun
da tiene su foco en todas partes, por cuya razon no
hay obstáculos para la vision espiritual, ni es dismi
nuida por la distancia ni por la opacidad de la mate
ria; la oscuridad no existe para ella. El mundo espiri
tual, está, pues, iluminado por la luz espiritual, que
tiene sus efectos propios, como el mundo material está
iluminado por la luz solar.


Extraído del libro “EL GÉNESIS  LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO”
Allan Kardec




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